Concepción Post Mortem . . . (Parte 2)

Mientras Geronimo y Enzo hacían el amor a las orillas de la laguna, las monjitas habían llegado al Santo Oficio y alertado al inquisidor mayor de lo que estaba pasando, el inquisidor montó en cólera y ordenó preparar la sala de torturas especial para estos casos de posesión diabólica; inmediatamente se dirigió junto con los guardias a detener los actos sacrílegos e infernales que se estaban cometiendo en la laguna; cuando llegaron el Inquisidor dispuso la detención de los endemoniados, la pareja al ver a los guardias acercándose recogieron sus ropas y corrieron desnudos entre los algarrobos y palmeras, corrieron mas aya del oasis en el desierto, corrieron hasta que sus cuerpos privados de ropa cayeron sobre la fría arena de las pampas iqueñas; decidieron entonces hacer un esfuerzo y seguir su camino, esta vez por separado, cada uno correría en diferente dirección, así lo hicieron, abrazaron sus temblorosos y sudorosos cuerpos por última vez y emprendieron huida Enzo al este y Geronimo hacia el sur.

Después de varias horas los guardias reales tomaron prisionero a Geronimo y lo llevaron al Santo Oficio, amarrado en la mesa de tortura, era atormentado por los guardias mientras el Inquisidor general repetía:

Vade Retro Satana

Numquam Suade Mihi Vana

Sunt Mala Quae Libas

Ipse Venena Bibas

La Señora Maria de Cabrera, madre de Geronimo, enterada de lo sucedido trató de mover todas sus influencias, pero nada pudo hacer para salvar a su hijo; Geronimo fue condenado a la "Sierra" que era el castigo común para los homosexuales, fue colgado desnudo con las piernas hacia arriba en un taburete de madera, abierto de piernas y luego lentamente cercenado desde las ingles hasta el vientre que fue cuando sus entrañas fueron dañadas y dejo de vivir. En el desierto los guardias aún seguían tras Enzo que habia tomado una dirección diferente a la de Geronimo . . . (continua)

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